El ex presidente de Francia Nicolás Sarkozy estará en prisión domiciliaria un año en París, en una casa de US$ 3 millones que está a nombre de su esposa.
Nicolás Sarkozy se convirtió este lunes en el primer presidente de Francia que fue condenado por corrupción y tráfico de influencias. Un tribunal de París lo sentenció a tres años de prisión, uno de los cuales tendrá que ser efectiva.
Pero Nicolás Sarkozy no pisará un penal sino que cumplirá con su año de prisión domiciliaria en la mansión de US$ 3 millones que está a nombre de su mujer, Carla Bruni, informó el tabloide británico The Sun.
Sarkozy, de 66 años, fue declarado culpable de intentar sobornar a un juez con un puesto muy codiciado a cambio de información sobre un proceso en su contra.
De acuerdo con el medio británico, el ex presidente que gobernó Francia entre 2007 y 2012 pasará un año recluido en la propiedad que está a nombre de Bruni, de 53, en Villa Montmorency, un exclusivo edificio en París.
Será monitoreado con tobillera electrónica, como cualquier otro condenado por corrupción que tiene arresto domiciliario, pero en la comodidad de su hogar y con la compañía de su esposa desde hace 13 años.
Sarkozy y Bruni sorprendieron al mundo un fin de semana de febrero de 2008, cuando se casaron casi en secreto cuando él ya era presidente de Francia y ella era modelo y cantante.
Tuvo que dejar la presidencia Sarkozy para que su esposa pudiera retomar su carrera, y tuvieron que pasar dos años más para que la justicia de Francia pudiese actuar contra el ex mandatario, que se retiró de la política en 2016.
Bruni, que es de Italia, suele escribir en italiano, inglés y francés en su Instagram pero este lunes publicó un escueto mensaje en apoyo a su marido luego de que se conociera su sentencia: «Qué locura implacable, mi amor… la lucha continúa, la verdad saldrá a la luz», expresó.