Los procedimientos ordenados por la jueza Capuchetti buscan determinar si hubo motivaciones económicas en la acción de los implicados en el intento de magnicidio.
Fuerzas de seguridad realizaron en las últimas horas nuevos allanamientos en los que secuestraron teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos, en el marco de la causa en la que se investiga el atentado a Cristina Kirchner.
Los procedimientos ordenados por la jueza María Eugenia Capuchetti se realizaron entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves en inmuebles vinculados a dos personas que quedaron bajo sospecha a partir de distintas conversaciones de Whatsapp que mantuvieron con Nicolás Gabriel Carrizo, el cuarto detenido por el atentado que protagonizó el procesado Fernando Sabag Montiel.
Las personas que quedaron bajo sospecha son aquellas a las que Carrizo tenía agendadas en su celular como «Joa» (Joana Colman) y «Jony White», con quienes mantuvo conversaciones vinculadas al ataque fallido contra la dos veces presidenta de la Nación.
Durante los procedimientos, que fueron al menos dos, llevados a cabo en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires, se secuestraron teléfonos celulares de las dos personas y otros dispositivos electrónicos que serán sometidos a peritaje, según indicaron fuentes de la investigación.
Posibles motivaciones económicas
Los allanamientos se activaron luego de una presentación de la querella de la vicepresidenta, representada por los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, en la que se solicitaba investigar, entre otras cosas, el posible móvil económico que pudo haber motivado a Sabag Montiel y su pareja Brenda Uliarte a intentar cometer el magnicidio.
La punta para avanzar sobre la posible motivación económica de Sabag Montiel surgió de un diálogo detectado por los abogados de la vicepresidenta en uno de los grupos de Whatsapp que integraba, donde el 15 de agosto pasado escribió: «Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo».
En esa misma conversación, y al referirse a Brenda Uliarte y sus planes magnicidas, Sabag Montiel escribió: «Yo a ella la trato de bajar, pero a mí me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea».
Conversaciones de WhatsApp
Las referencias al tema económico coinciden con otros mensajes detectados por los abogados de la querella, donde una persona agendada como «Joa» en el teléfono de Gabriel Nicolás Carrizo, líder del grupo de supuestos vendedores de copos de nieve, sostuvo que sabía que lo había hecho por plata.
«Sé que lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale reacomodado mal eh… a ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende ¿si? Pero si, si los nombro a ustedes, eso si así que fíjense bien… y no solo a ustedes cinco porque nombro a más personas, fíjense bien», escribió «Joa» en un grupo de whatsapp que compartía con Carrizo.
Las conversaciones de las que participa «Joa», en las que exhibe poseer información sensible y eventualmente reservada, ocurrieron después de que se produjera la detención de Uliarte, la noche del domingo 4 de septiembre, cuando en el expediente regía el secreto de sumario.
En la misma presentación judicial los abogados de la vicepresidenta habían reclamado también que se avance con la identificación de la persona a la que Carrizo tenía agendada en su celular como “Jony White”, algo que ya ocurrió y devino en nuevas medidas.
Ese contacto mantuvo un diálogo con Carrizo que para la querella podría ser determinante. «Estamos pensando matar al jefe de La Cámpora esta vez», «están llegando todos», «Si querés venir», «Vamos a tener una charla grupal», fueron los mensajes que Carrizo le envió al contacto «Jony Withe» el 1° de septiembre a las 23.40, dos horas después del ataque fallido a la vicepresidenta. El contacto «Jony White» respondió: «Los sicarios de los copos de nieve».